Ramón Valdés y la emocionante serie documental en YouTube que explora su vida fuera de cámaras

Cada vez que Miguel Brieño Valdés (35) prende la tele y se topa con una repetición de El chavo del ocho, él tiene la feliz chance de volver a ver a su abuelito ‘Moncho’. Porque el personaje que este interpretaba –y que lo hizo famoso hasta la estratósfera– y el papá de su madre Aracely eran, según cuenta la familia Valdés, prácticamente la misma persona. Tenía solo cinco años en 1988 cuando el entrañable cómico mexicano murió, pero sus recuerdos son vívidos, dulces, los mejores. “Parecía que ni actuaba. Era tal cual se le ve en pantalla: gracioso, amoroso, gritón, renegón, paraba en jeans y camiseta. Nunca perdió el sentido del humor, nunca”, le cuenta a Somos el joven fotógrafo desde México. De eso da fe, también, Carlos Villagrán, al rememorar la última vez que vio y habló con su compañero de reparto, de los más célebres y queridos de América Latina. Eran ya sus últimos días. “Lo abracé y empecé a llorar. Y me dijo [Villagrán empieza a imitar la voz de Valdés]: ‘Ya, ya, ya, no llores, cachetón. Es más, allá te espero’. Yo le pregunté: ¿Allá arriba, con el Señor? ‘No te hagas, tonto, allá abajo’”.

El no menos popular ‘Quico’ narra con gracia y pena esta historia personal en el tráiler de la serie documental biográfica que sobre Ramón Valdés empezó a emitirse esta semana por YouTube, la cual lleva por título Con permisito dijo Monchito. El proyecto está a cargo de Miguel y de su tío Esteban, uno de los 10 hijos que tuvo el también intérprete del ‘Tripaseca’

“Todo empezó hace unos tres años. Mi tío tenía tanto material inédito guardado (videos caseros, recortes de periódicos, cartas, documentos, etc.) que pensó en hacer un libro. A este se le iba a sumar un DVD con entrevistas a tres de sus compañeros del programa y de la vida: Carlos Villagrán, Édgar Vivar y María Antonieta de las Nieves. Pero luego comenzamos a sumar testimonios de más miembros de la familia y dijimos: esto tiene que ser un documental. Dos horas, sin embargo, no nos habría alcanzado, así que lo que estamos haciendo es una serie de videos que ya hemos empezado a publicar periódicamente en una canal de YouTube que hemos creado”, detalla Miguel. Este se llama: Ramón Valdés.

Además de los relatos de la gente que lo conoció, ambos se han dado a la tarea de viajar por algunos países para recoger el sentir de la gente de a pie, de aquella que lo conoció y quiso tras verlo por años en la pantalla de televisión de la sala. “Nuestro fin con esta serie es retribuir el cariño que el público aún le tiene a mi abuelo. Y también mantener su memoria y su legado. A mi tío abuelo Germán Valdés ‘Tin Tan’ [otra estrella del cine de oro mexicano] ya cada vez lo recuerdan menos. Muy poco se habla de él. Mi abuelo sigue vigente gracias al amor que le tienen miles en el continente y quisiéramos que así se mantenga”, manifiesta Miguel.

Tanto es su afán en esta empresa, de hecho, que juntos han rechazado ofertas para auspiciar el proyecto a cambio de alguna retribución económica. “Nosotros no queremos que nadie pague por ver esto. Por eso lo subimos gratis a YouTube, para que de alguna manera les pertenezca a todos”, agrega.

SI TÚ ERES JOVEN AÚN
Aunque la imagen de Don Ramón se haya convertido en un ícono de la cultura popular (sus seguidores han adaptado su rostro al cuerpo y pelo del Che o a cuadros estilo Warhol), poco se sabe de su vida fuera de las cámaras. Lo cierto es que Ramón Antonio Esteban Gómez Valdés y Castillo nació el 2 de setiembre de 1923, en la Ciudad de México. Su familia se mudaría a Ciudad Juárez cuando él tenía dos años. Eran, en total, nueve hermanos. Ya en la juventud comenzó a participar como extra de películas en medio de la efervescente era dorada del cine mexicano de los años 40 y 50. Eso apoyado por su hermano ‘Tin Tan’, tan famoso entonces como el mismo Pedro Infante. Así, apareció por primera vez en pantalla en la cinta Calabacitas tiernas (1948).

El eventual oficio no le significó estabilidad para empezar a mantener a su propia familia, por lo que fue también chofer de tráiler y vendió comida. Dicen algunos biógrafos que en la vida real también esquivaba al casero al deberle meses de renta. Fue todavía en 1970 cuando un brillante productor y director pondría su atención en él para terminar convocándolo a su equipo. Se llamaba Roberto Gómez Bolaños. Un año después se concebía el papel que le cambió la fortuna: Don Ramón.

De los miembros del elenco entrevistados para la serie que siguen vivos, hay una gran ausente: Florinda Meza. “No la convocamos porque no queríamos dar pie a ningún enfoque amarillista relacionado con el proyecto. Ella dijo muchas cosas… y preferimos omitir. Ahora no está dentro de los planes”, puntualiza Miguel. Meza dijo hace algunos años en una entrevista concedida en Brasil que Valdés abusaba del alcohol y de sustancias prohibidas. Sus hijos, en su momento, lo desmintieron. El desencuentro entre ambas estrellas, no obstante, vendría de atrás. Según Aracely Valdés, mamá de Miguel y tercera hija del actor, lo que motivó la salida de este en 1978 del legendario programa de TV fue la cada vez mayor intromisión de Meza en la dirección del programa. “Mi jefe es Roberto Gómez, no Florinda Meza”, dijo, según ella.

Valdés llegaría al Perú en varias oportunidades. Algunas de gira con todo el elenco de El chavo y a fines de los años 80 solo, con su circo, y a grabar comerciales de turrón San José (los de 40 años para arriba se acordarán de aquel gancho publicitario inmortal que él hizo tan suyo: “Suaveciiiitooo”). Lima sería el último destino en el que estaría fuera de su país, en mayo de 1988. Falleció a los 64, en agosto, como consecuencia de un cáncer al estomágo que se había mudado a los huesos.

A más de 30 años de su partida, retratos suyos hechos con tiza en las pistas de Latinoamérica están más frescos que nunca, solo que a ellos se suman memes y gifs. Porque en el corazón siempre ha estado y siempre estará. Larga vida a ‘Monchito’, nos lleva el chanfle. //

Tomado de El Comercio Perú

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